La lana de vidrio se compone de filamentos de vidrio entrelazados unos con otros y unidos por resina ignífuga. Debido a este tipo de resina, la principal característica, entre muchas otras, de este tipo de lana es la de aislante térmica. Actualmente, su comercialización ha aumentado de forma importante y cada vez es más empleada en nuevas construcciones.
Las materias primas utilizadas para su fabricación consisten en sílice (en forma de arena), dolomía, potasio, carbonato de sodio y sulfato de sodio. Para fabricarla, se empieza debiendo fundir a una temperatura muy elevada una mezcla de arena de origen natural, aditivos y vidrio totalmente reciclado. Este vidrio obtenido, posteriormente, se ha de convertir en fibras. Para conseguirlas, se utiliza un método que consiste en, usando fuerza centrífuga, hacerlo pasar a través de una rejilla y que pueda enfriarse al contactar con el aire. Finalmente, se aglutinan dichas fibras utilizando la resina anteriormente mencionada y se hace elevar la temperatura de nuevo para así poder conseguir la resistencia y estabilidad que la caracterizan.
Usos y características de la lana de vidrio
Principalmente, se emplea como aislante térmico y acústico en diversos proyectos del sector de la construcción, como pueden ser techos, pisos o tabiques en edificaciones residenciales. En edificaciones industriales se puede usar para aislamiento en los conductos de aire acondicionado, cubiertas, fachadas y divisiones interiores.
Esta lana tiene muchísimas características que aportan grandes ventajas. Entre ellas, se puede decir que es totalmente reciclable y no produce contaminación en la naturaleza ni en los seres vivos. Se encuentra catalogada por la OMS como un producto que no es perjudicial para la salud, atóxico y no cancerígeno. Esto, ya que actualmente el reciclaje y la protección del medio ambiente están a la orden del día, lo hace sumamente importante.
Debido a los materiales de los que está hecha, resulta incombustible y no inflamable, lo que la convierte en muy resistente a las altas temperaturas. Por ello, como se ha mencionado antes, constituye un magnífico aislante termoacústico.
Al ser también un aislante acústico, cabe destacar el aumento de la calidad de vida de los futuros residentes o trabajadores de un edificio en la ciudad, ya que disminuye el ruido exterior.
También, debido a sus propiedades, es capaz de ahorrar energía, dado que mantiene los ambientes climatizados por un período de tiempo más prolongado, lo que deriva en un ahorro de suma relevancia en costes de calefacción y climatización.
La instalación de la lana de vidrio resulta bastante sencilla y rápida y no deja rastro, puesto que no disemina restos en el lugar de la instalación.
A la hora de transportarla, cabe señalar que este material puede ser altamente comprimido para su embalaje y transporte y luego poder recuperar su espesor normal cuando se realiza la instalación. Todo ello implica que tenga grandes ventajas, al reducir notablemente el espacio de almacenamiento y el coste en transportes y proporcionar una destacable facilidad para manipularlo en este proceso. Por todo ello, la lana de vidrio es un aislante perfecto, recomendable y muy eficaz en cualquier proyecto de construcción.
Nosotros como empresa de recogida de vidrio, nos ponemos a vuestra disposición para recuperación y reciclado, gestión y transporte de los residuos o desechos de vidrio que se generan en los procesos de fabricación, manipulación y metalurgia del vidrio.
Sin comentarios