Reciclaje de vidrio
Es el proceso mediante el cual se convierten desechos de vidrio en algunos productos que se pueden volver a usar.
El vidrio es el único material que tras someterse a un proceso de trituración puede reciclarse al 100%, una cantidad indefinida de veces.
El uso de vidrio reciclado ayuda a ahorrar energía, y evita la destrucción de terrenos al extraer materias primas (las minas), es menos costoso lo que podría traducirse en un gasto de materia prima virgen del 0% si todos nosotros reciclásemos estos residuos, contribuyendo a una gestión más sostenible de los recursos que la naturaleza nos proporciona, además disminuye el volumen de los vertederos ya que lanzamos millones de toneladas menos.
Necesitamos menos energía ya que el vidrio reciclado necesita menos temperatura para ser fundido (un 25 – 30% menos) Esto implica también menos consumo de agua (50%) y sobre todo menos polución del aire (20%).
Hay un beneficio sobre la salud ya que la polución del aire y del medio ambiente es responsable de muchísimas enfermedades. Este elemento es una sustancia transparente, dura y a la vez frágil, compuesta en su mayoría por sílice.
En los últimos años se ha tratado de fomentar el reciclaje de vidrio, un material persistente y sofisticado que puede llegar a constituir las tres cuartas partes de edificios. Además, con él pueden construirse ventanas, baldosas, hormigón o incluso, puede servir como aislante térmico y acústico.
El vidrio es un importante y abundante componente de la basura industrial y doméstica, en los vertederos locales el vidrio presente suele consistir en botellas, cristalería, bombillas y otros objetos, además, en la manufactura de vidrio se produce una alta tasa de producción defectuosa que debe ser reciclada.
Por todo esto, los desechos de vidrio son muy abundantes, llevando a numerosos países al establecimiento de métodos de recogida selectiva de vidrio.
Por cada tonelada de vidrio que se recicla evita que 315 kilogramos de dióxido de carbono se liberen a la atmósfera durante la fabricación de vidrio, se ahorran 130 kilos de combustible y 1.200 de materia prima.
El vidrio es un material 100% reciclable que no pierde sus propiedades físicas ni disminuye su calidad en el proceso de reciclado. Esto permite soñar con una tasa de residuos cero.
El vidrio es un material que se beneficia muchísimo del reciclaje, y eso significa un gran beneficio para todos. No es para menos, ya que la materia prima para fabricar vidrio nuevo se extrae de minas, una de las actividades humanas que más impacto tienen en el medio ambiente. La extracción del mineral de sílice supone un gran gasto de energía y agua, además de un potencial daño en el entorno en el que se encuentren estas canteras o minas. Es algo que se evita con el reciclaje de vidrio.
Ante la opción de extraer minerales, procesarlos, transformarlos en vidrio (y éste en utensilios como botellas) y acabar desechándolo en vertederos, existe la opción del reciclaje. El vidrio es de los pocos materiales que puede reciclarse indefinidamente con un 100% de aprovechamiento. El proceso requiere de mucha menos energía (un 25% menos, reduciendo también la emisión de CO2 a la atmósfera), supone menos contaminación del aire (20% menos) y se reduce el consumo de agua (un 40%). También genera menos residuos y, además, se pone en marcha una industria eficiente y útil.
Reciclaje de vidrio: Todo son ventajas, pero ¿cómo se hace?
El reciclaje de vidrio, una rueda que no para.
La primera clave es la concienciación. Esta empieza con el depósito de los residuos y su recuperación por parte de profesionales. La recuperación va más allá de los contenedores verdes que se encuentran en las calles. Las especiales necesidades de ciertas industrias, locales comerciales, asociaciones o instituciones exigen la existencia de contenedores de diseño adaptado. Esto es un beneficio para los establecimientos, que facilitan la gestión de sus residuos. Pero para ello, es necesario que la sociedad esté concienciada y deposite sus envases de cristal en esos contenedores verdes.
Todo ese vidrio se puede transformar, sin pérdida de calidad, en nuevos envases, ventanas, baldosas o aislantes en edificación, que pueden volver a reciclarse cuando sea oportuno.