Reciclar vidrio es un gesto que permite mantener una economía circular y respetar el medioambiente. En ese sentido, los distintos beneficios que el planeta consigue gracias a la gran labor de todos aquellos que deciden dejar de lanzar sus envases al contenedor de residuos orgánicos son muy numerosos. En este artículo se repasarán las líneas maestras de lo que supone para la ecología el reciclaje del vidrio.
Se reduce la velocidad a la que se llenan los vertederos
Enviar cualquier material reciclable a un vertedero termina convirtiendo un material perfectamente reutilizable en un problema para el medio. El vidrio en especial, debido a sus particularidades técnicas, es una materia prima que puede llegar a reflejar la luz solar. Y eso en un entorno donde la propia fermentación de los residuos aumenta la temperatura, puede llegar a ser muy peligroso.
Además, el hecho de reciclar vidrio evita una acumulación innecesaria de desechos que termine desembocando en un prematuro llenado de los vertederos. Indirectamente, se está forzando la creación de nuevos lugares donde acumular basura y que terminarán perjudicando el medio natural.
Se reduce la actividad minera a cielo abierto
El vidrio está compuesto principalmente por arena de sílice, carbonato sódico y arena caliza. La extracción de todas estas materias primas conlleva un proceso altamente contaminante y perjudicial para los ecosistemas. Reutilizar el vidrio permite reducir el número de toneladas de esos materiales que deben extraerse, procesarse y convertirse en las botellas y envases que luego estarán disponibles en el mercado.
Se reduce el consumo energético
Buena parte de la energía que se consume actualmente sigue proviniendo de fuentes no renovables. La temperatura a la que debe fundirse la arena de sílice es muy superior a la que se somete a los compuestos reciclados, de modo que este proceso también ayuda a evitar el consumo de la energía extra que supone el proceso de fabricación del vidrio.
Se reduce la huella ecológica del producto final
El vidrio, al igual que el resto de productos que se consumen de forma diaria, termina desembocando en un impacto medioambiental medible en CO2. Este gas de efecto invernadero es el principal responsable del calentamiento del planeta. Si se sigue produciendo en mayores cantidades de las que las plantas, algas y demás seres vivos semejantes pueden llegar a procesar, el cambio climático se seguirá acelerando. Producir un kilogramo de vidrio conlleva un gasto de CO2 mucho más elevado que reciclarlo.
Si se toma la decisión de dar una segunda vida a los envases de vidrio, el resultado global reduciría drásticamente las emisiones totales de CO2 a la atmósfera. Esto repercutiría en una industria sostenible y se frenaría en seco la destrucción de ecosistemas y hábitats naturales. Además, aumentaría la calidad del aire y se reducirían las enfermedades respiratorias relacionadas con los problemas medioambientales.
Aquel que genere gran cantidad de vidrio a nivel industrial o, incluso, particular, debe saber que siempre puede contactar con Recuperaciones de vidrio norte para que el proceso de reciclar vidrio se convierta en una tarea mucho más fácil y sencilla.
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